Desde tiempos muy remotos el hombre tiene esta
incertidumbre. La humanidad lleva incesantemente desde su creación buscando el
secreto de la longevidad extrema, llegando a la ambición de querer encontrar el
místico secreto de la inmortalidad. Todos queremos ser el hombre mas viejo del mundo algún día (y con buena salud, claro).
la muerte |
La muerte, hasta hoy día, es insalvable. Como bien se dice,
hay dos cosas que seguro toda persona hará en su vida: morirse y pagar
impuestos. Es ley de vida (o de muerte), y es que la propia existencia es la
paradoja de la no existencia final como culmen de la vida. Nos referimos a la
no existencia física. Por supuesto la parte espiritual sigue divagando de un
lugar a otro y transformándose, ya que la energía ni se crea ni se destruye.
Esto último sería la reencarnación en todas sus formas, de la cual también se
habla en este blog por parte mía, parte de Anus. Anus lo plasma a través de la
piedra, el fluir de la energía en su recipiente pétreo. En este caso, el hombre
quiere que su cuerpo sea un recipiente inmortal, inmortal como la piedra y su energía.
Li Ching Yuen no consiguió la inmortalidad, pero consiguió
lo que muy pocos especímenes de nuestra especie han conseguido en la historia:
Vivir más de un centenar de años, incluso varios, como vemos en este caso, o
como le sucedió también a Noé o Mahoma.
Como estamos diciendo, el hombre no ha dejado de soñar con
la vida eterna, a pesar de ese inamovible final trágico del cuerpo. El hombre
ha sido soñador a través de la religión o la ciencia, creencias y tradiciones.
Hay científicos hoy día que afirman que ellos no piensan
morir, lo afirman de manera excéntrica, pero permanecen investigando para
encontrar la salvación y muchos dicen estar cerca de lograrlo. A esto se le
viene llamando “posthumanidad”, es decir, alargar la vida más allá del tiempo
que te hubiera tocado vivir hasta un tiempo indefinido a ser posible. El
control de nuestro genoma nos permitirá actuar con antelación ante
enfermedades, la clave estaría en el ADN según ellos. Por lo tanto así la
medicina se convierte en preventiva más que curativa, consiguiendo frenar el envejecimiento
y los fallos sistemáticos del cuerpo humano.
De esta manera podemos presenciar
la muerte de la muerte.
Entre otros factores que ayudarían a frenar el
envejecimiento mientras encuentran la clave de la inmortalidad que, por cierto,
suponemos que sería carísimo y solo al alcance de los ricos, sería la buena
alimentación y un hábito de vida saludable con poco estrés.
Li Chin Yuen a los
256 años en su lecho de muerte, nos desvela cual ha sido su secreto para
lograr esa longevidad. El no buscaba la inmortalidad y, por supuesto, no se
centraba en la investigación en aquel entonces, además de que no había tantos
avances médicos.
Su historia es una lección de cómo sin tecnología ni conocimientos,
a través de una buena alimentación y el estudio de las hierbas, se puede
modificar la genética para conseguir alargar la vida y evitar enfermedades
mortales como el cáncer, problemas del corazón o alzhéimer.
A continuación, veamos la historia de Li Ching Yuen:
Li Ching Yuen |
Li Qingyun murió el 6 de mayo de 1933, al comienzo de la
guerra civil española, pero en China. Fue herbolario y practicante de artes
marciales, además de consejero bélico en tácticas de combate. Se hizo conocido
por su extrema longevidad. Este hombre afirmaba haber nacido en 1736, mientras
que hay pruebas y registros que afirmarían que fue incluso antes, que su madre dio
a luz en el año 1677. Ambos años, 197 y 256 superan ampliamente la vida útil
más larga confirmada de 122 años y medio de la francesa Jeanne Calment. Médicos
y gerontólogos se empeñan en calificarlo de mito, pero hay sobradas pruebas de
que fue verdad y, de manera fehaciente, se demuestra. Ellos lo calificaban como esoterismo e irrealidad.
El esoterismo y la energía de Li:
Li, pasa la mayor parte de su vida en la montaña y era
experto en Qigong. Trabajó como herbolario con diversas plantas y vegetales
como centella asiática, He Shou Wu, Lingzhi y bayas goji. El ginseng lo estudió
después pero formó a parte como piedra angular de su dieta cuando vio su
potencial. La pasión de este personaje eran las hierbas medicinales.
Li se pasaba el día leyendo y estudiando, escribiendo y
meditando, como los niños hacen en la escuela, para alcanzar cada vez más
conocimiento. Él quería alcanzar el conocimiento supremo y, la verdad, tantos
años vivió que acumuló mucho más conocimiento que cualquier persona. El conocimiento forma parte de la energía. Ese
conocimiento Anus lo destripa en el artículo recopilado de fuentes de internet.
En mi viaje hace años a China (región del Tibet para ser más exactos) , leí en
un monasterio la historia de Li y, siempre he tenido necesidad de contarla al
público, al igual que cuento las divinidades de la piedra.
Tras vivir 72 años en China, hace una serie de viajes y se
traslada a Kai Xian. Desde ahí en 1749 se une al ejército de la provincia como
comandante y maestro de artes marciales. Unía la sabiduría de la naturaleza con
la sabiduría de la guerra. En el ejército su pericia le sirvió de mucho.
Numerosos mandatarios asiáticos, especialmente chinos, lo
llevaban a su casa y lo agasajaban, pagándole además fuertes sumas de dinero y
dándole privilegios para que contara sus secretos para vivir tantos años, pero
nunca nadie lo consiguió, a pesar de que el bueno de Li Ching Yuen daba
nociones de cómo hacerlo. Ellos querían la inmortalidad, Ching realmente no deseaba tanto.
A Li se le atribuyen
180 hijos y 24 esposas, habiendo pasado 11 generaciones.
La gente afirmaba que su apariencia facial no era diferente
de la de las personas dos siglos más joven que él, no se le veía una energía especial aunque de espíritu si que la tenía. Por otra parte, gerontólogos
e investigadores han visto la reclamación de la edad con verdadero
escepticismo. Por decir algo, invalidan el 100% de las reclamaciones de edad a
gente de más de 120 años mediante pruebas científicas, el 98% de gente mayor de
115 y el 65% de gente mayor de 110.
256 años son múltiplo de 8, tal y como se considera en China
buena suerte. En esta historia de este personaje, siempre hay detalles muy
misteriosos.
Según Li, cuando teía 130 años encontró en una montaña a un
hermitaño que tenía más de 500 años. Ese anciano le enseñó Baguazhang y el
Qigong, mezclado con consejos dietéticos y sonidos específicos. Da liu le
informa que su maestro a él también le transmitió el secreto de la longevidad y
una de las partes fundamentales es el ejercicio
físico.
Ahora pasamos a
resumir el secreto de la longevidad, según su artículo “tortuga-Pigeon-Dog”, certificado el 15 de mayo de 1933. Aquí nos
dice Li el secreto de una vida larga:
-Mantener el corazón
tranquilo
-Sentarse como una
tortuga
-Caminar alegre como
una paloma
-Dormir como un lirón
seretos de Li Ching |
hierbas medicinales |
Esto unido a su
consumo diario de hierbas y bayas goji o ginseng, le proporcionó a este
misterioso personaje la longevidad extrema. Nunca se preocupó por hallar la
inmortalidad, no la buscaba, es más, en sus primeros 120 años jamás se preguntó
si quería vivir tanto o por qué le sucedía, sencillamente fue por sus hábitos
de vida, los cuales hacía de manera natural, no como hoy día que pretendemos
imponerlos de manera forzada y asistiendo a gimnasios.
La naturaleza es el poder, la piedra es el poder, Li Ching
Yuen era poderoso, como personaje, como ser, como historia.
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